Tonalidad y acorde tienen, en armonía funcional, una relación.
Siempre explico, en mis cursos online, en mis clases particulares y en mis videos de Youtube, que debemos saber 3 cosas sobre un acorde; su forma (voicing), el modo que tiene debajo y su escala fuente.
Esa escala fuente está en una tonalidad concreta y, en circunstancias normales, esa tonalidad será el eje sobre el que resolver, o posponer, las cadencias armónicas y también el punto clave sobre el que gravitar melódicamente.
Son embargo, en ocasiones nos va a ser más útil pensar en la tonalidad que en los acordes concretos. Tonalidad y acorde o acordes relacionados no funcionan igual en este contexto. Esto sucederá sobre todo en temas con cambios rápidos y, por supuesto, en música modal, donde lo que importa es el modo, ya que no hay una progresión funcional.
En este video que grabé en Diciembre de 2018, hablé sobre este tema y puse un ejemplo de cambios rápidos con modulación constante.
En última instancia es mejor tener una visión clara del contexto armónico que del acorde del momento, o, dicho de otra forma, mejor ser consciente del bosque en su totalidad que del árbol que tienes delante.
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